Mi Venganza

Venganza

Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.

No me di cuenta, en realidad, de que estaba tomando venganza por todo aquello que nunca hablamos. Mi vendetta personal ha recorrido y recorrerá muchas páginas en los libros de mi historia…

Porque nunca aparté la mirada de mis metas cuando pensaba en desistir, nunca desde aquel día. Entendí a la perfección que todo aquello que pediste, todo aquello que nunca hicimos, todo aquello por lo que luché. No se quedaría ahí.

Mi venganza fue vivir.

Y no estoy hablando de vivir de cualquier manera, no me refiero a seguir día tras día esperando que en algún momento sucediera lo impensable. Mi venganza pasa por encima de sobrevivir fríamente.

Mi venganza es la risa.

Mi venganza tan recompensada no se basa en el dolor ajeno, mi venganza es la más sana y la más reconfortante. Demostraré a quien haga falta, que mis pasos me guían fuertes y seguros en una dirección. Que no tengo miedo ni tiembla mi pulso con la indecisión.

Quiero mirar atrás y poder decir; todo esto es lo que YO conseguí. Mi venganza es el saber, mi venganza es el amar, mi venganza es la fuerza más básica, llorar. Mi vengaza es disfrutar, bailar, gritar, sentir.

Se trata de la presión, del empujón sin fuerza, de último paso, de saltar la barrera. Se trata, amigo mío, de demostrarme que puedo y hacerlo. Y es verdad que en cierto modo siempre habrá algo que resista mi ilusión, siempre habrá algo que quise hacer y no encontró su lugar en mí.

En mi tiempo, en mi calendario, en mi forma de vida… y tengo que aceptar, también, que eso, es así. Pero no por ello tenemos que pensar que el vacío supera la ficción. Hemos logrado más de lo que nos falta por conseguir y eso es lo que nos hace reír.

Somos diferentes a como empezamos y por eso nuestra venganza a la vida no debe ser agachar la cabeza, sino mirarla a los ojos y enseñarle la más feroz de nuestras sonrisas.

 

 

 

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